Un 21 de enero pero del año 1793, la Revolución Francesa le cortaba la cabeza a su Dios, a su padre, se producía la muerte de Luis XVI.
La Convención Nacional por aquellos tiempos diseñaba los destinos de un país devastado económicamente a mano alzada, con poca capacidad de reacción frente al contexto geopolítico: Europa estaba dispuesta a pelear contra esas ideas peligrosas, capaces de derribar toda monarquía en su tiempo.
PROCESO LUIS XVI
La ejecución fue realizada en la plaza de la Revolución, la que actualmente conocemos como la Plaza de la Concordia (punto de encuentro de nuestros tours nocturnos) y si viste la película “El diablo viste a la moda” te acordarás de la escena donde ella arroja el celular, bueno, se grabó acá.
A Luis 16 lo sentenciaron a muerte el 17 de enero, en una votación a viva voz. Sólo 334 votos pidieron prisión perpetua o destierro, pero no pudieron contra los 387 que pedían la pena de muerte.
EL ÚLTIMO DÍA DEL REY DE FRANCIA
El 21 de enero, Louis XIV despertó a las 5:00 de la mañana, se vistió y expresó su última confesión. Se quitó los dos anillos que tenía y pidió que uno se lo entregasen al Delfín de Francia y el otro a su esposa, María Antonieta.
Salió de la prisión del Temple, lugar que hoy ya no existe y se sentó en un carruaje que lo estaba esperando en el patio. A las 9 de la mañana, partía para la guillotina.
Varios amigos del Rey intentaron generar una segunda huída, la idea era interceptar la carroza, sacarlo rápido y esconderlo en una casa.
Más de 300 personas estuvieron de acuerdo, pero luego de la Fuga de Varennes (enterate todo sobre esta fuga, y el amante de la reina que los ayudó en el podcast de María Antonieta), varios de ellos fueron denunciados, algunos asesinados y no pudieron lograr la gran escapada del monarca.
El rey, llegó a la plaza de la Revolución a las 10 de la mañana.
LA EJECUCIÓN DE LUIS XVI
El Rey, en su último momento pedía un poco de respeto, pues se negaba a que aten sus manos. La revolución lo quería ver atado por el pueblo, así que aceptaron colocarle en vez de una soga, un pañuelo.
Posteriormente a eso, le cortaron el cabello y le quitaron el cuello de su camisa. Ya preparado, subiendo los escalones para la guillotina, Louis XVI quizo dar un discurso para la multitud, “muero inocente de todos los crímenes atribuidos a mi cargo; perdono a los que han ocasionado mi muerte; y rezo a Dios para que la sangre que vais a derramar nunca caiga sobre Francia”.
Pero era tanto el sonido de los tambores, que unos pocos sólo lo escucharon. Lo colocaron al Rey en una plancha de madera que estaba debajo de la guillotina, entonces, gritándole a los verdugos, Luis XVI dijo sus últimas palabras: “caballeros, soy inocente de todo lo que se me acusa. Espero que mi sangre tal vez cimiente la buena fortuna de los franceses“.
Eran las 10:22 de la mañana y la cuchilla finalmente cayó. Uno de los presentes mostró la cabeza del Rey a la gente, y gritó “¡viva la Nación! ¡Viva la República!”.
Los gritos fueron tan pero tan fuertes, que la familia real, desde la prisión los escuchó María Antonieta: comprendió lo que había sucedido.
Lo que muchos no saben, es que según algunos informes, la cuchilla del aparato no le atinó al cuello, sino que se dice, que cortó la parte posterior del cráneo y la mandíbula.
El rey ha muerto, y con él, el antiguo régimen de privilegios, había terminado.
LOS RESTOS DE LUIS XVI
Al día de hoy, se pueden visitar los restos de Luis XVI en la basílica de San Denis, ubicada en las afueras de la ciudad, pero con muy fácil acceso.
Cenotafio de Luis XVI y María Antonieta en la basílica de Saint-Denis en París.
Solo por no ver el 16 en números romanos me duele la vista
Presos del Seo. Pero tenés toda la razón! Ya está modificado.